Economía

¿Qué son las cuentas nocionales y por qué el Banco de España cree que podrían garantizar las pensiones?

  • El cálculo de la paga tendría en cuenta toda la vida laboral del trabajador
  • Actualmente la base de cotización se está ampliando hasta llegue a 25 años

La propuesta de cuentas nocionales para reformar las pensiones surge como fórmula mágica para garantizar la sostenibilidad del sistema. Pero, ¿cómo funciona? ¿Qué diferencia tiene con el modelo actual? ¿Cómo afectará a las futuras pensiones? El Banco de España defiende que aportaría transparencia, predictabilidad y contributividad. Pero algunas simulaciones apuntan que las futuras pensiones iniciales podrían ser de entre un 65% y un 85% de la pensión actual.

El modelo de las cuentas nocionales implica un cambio radical a las pensiones en España que pasaría de un sistema de reparto de una caja común a uno de capitalización individual. En lugar de que cada trabajador aporte a través de sus cotizaciones a un fondo común para financiar las pensiones que se están pagando actualmente, con esta fórmula cada empleado tiene una cuenta personal virtual en el que se va cuantificando sus aportaciones procedentes de las cotizaciones.

El objetivo de la cuenta nocional es adaptar el gasto en pensiones a la esperanza de vida de los beneficiarios

Los fondos de cada trabajador siguen contribuyendo a las pensiones vigentes, pero el cálculo para las nuevas pensiones cambia. En el momento de la jubilación, el cálculo de la pensión tendrá en cuenta las cotizaciones acumuladas individualmente, la evolución de la esperanza de vida media y un coeficiente de revalorización, que deberá quedar previamente establecido. En los países que se utiliza como Suecia, Italia o Polonia el rendimiento del capital aportado por el trabajador estaría condicionado a la evolución del PIB, de los salarios u otras variables.

El objetivo de la cuenta nocional es adaptar el gasto en pensiones a la esperanza de vida de los beneficiarios, como sucede con los planes de pensiones privados. Cuando se termina los fondos, se termina la pensión. Actualmente, a los 12 años de la jubilación ya se ha recibido en forma de pensión el equivalente a lo aportado durante la vida laboral.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha asegurado que la incorporación de un sistema de cuentas nocionales, con independencia de la solución final que se le dé a los retos financieros y sociales, puede ser una opción "interesante", porque "hace al sistema previsible, transparente y permite a ciudadanos hacer sus decisiones de ahorro con suficiente antelación".

Arce ha afirmado que cualquier solución que sea lo suficientemente duradera para que sea sostenible desde el punto de vista social y financiero debe activar varias "palancas" que actúen tanto por el lado de los gastos como por el de los ingresos.

La principal ventaja de la cuenta nocional es la sostenibilidad que proporciona al sistema, evitando el desfase entre cuantía de cotizaciones y el pago total de la pensión por cada jubilado.

El problema que plantea es que aumenta el cálculo de la base de cotización alargándola a toda la vida laboral. Desde 2011, al igual que sucede con la edad de jubilación, se va ampliando progresivamente la base del cálculo. En 2022 se tendrá en cuenta los últimos 25 años cotizados, frente a los 15 años que se tenían en cuenta anteriormente. En la práctica supone un recorte de las pensiones iniciales.

Según un estudio realizado por el Instituto Santalucía, las pensiones podrían estar entre un 65% y un 85% más bajas respecto a las condiciones de jubilación de 2014.

Los trabajadores se verán incentivados a alargar la vida laboral para mejorar su pensión

El cálculo de las cuentas nocionales implica un fuerte incentivo para que los trabajadores alarguen la edad de jubilación para tener mejores pensiones. Otro de los problemas de las actuales pensiones es que la edad efectiva de jubilación no se corresponde con el límite legal establecido. 

Los españoles se jubilan a los 62,4 años pese a que la edad obligatoria está en los 65,8 años, un mínimo que irá aumentando progresivamente hasta los 67 años en 2027. El problema de esta realidad es que el sistema pierde ingresos en contribuciones de los trabajadores más veteranos, que suelen aportar más, que las personas que entran por primera vez al mercado laboral.

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